El aroma del chile de árbol mientras hierve me asfixia un poco. Pero es un precio que pago gustosamente porque me encanta agregarlo a mi guacamole. Me fascina la comida picante, pero también tiene que saber muy bien. Lo que siempre hago es preparar un poco de salsa de chile de árbol y luego se la agrego a mi mezcla con aguacates. Queda un guacamole aguado con un color un tanto raro. Pero una vez que lo pruebas, no puedes parar. Ni siquiera puedes frenar para respirar. Me convierto en una especie de robot que ama el guacamole picante. Te recomiendo que lo pruebes primero para ver cómo reaccionas y después compártelo. MAS + MENOS -
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