En Lima disfrutamos de un postre fresco y delicioso que nos fascina: el merengado de chirimoya. Este consiste en capas de merengue –blanco y crocantito-, crema batida, trozos de chirimoya fresquísima, y decorado con líneas de chocolate derretido. A veces se sirve directo del congelador (pues se puede congelar), lo que le da una temperatura y una textura espectacular, especialmente en el verano. Otras veces lo hacen al momento y es también increíblemente delicioso. Basada en esta idea, desde hace tiempo vengo haciendo muchas variaciones con todo tipo de frutas, mientras más exóticas, mejor. Esta vez quise hacer un merengado usando tunas rojas, unas frutas que los peruanos amamos y que consumimos todo el año en todo tipo de preparaciones: frescas, en jugo, en cremoladas, helados, etc. Las tenemos en variedad de colores, desde verdes hasta anaranjadas y rojas y, aunque tienen un sabor dulce muy delicado, son maravillosas cuando se les agrega unas gotitas de jugo de limón. Pues bien, aquí tienen la receta de esta combinación de sabores y texturas. Ustedes serán los jueces y me contarán qué tal les ha parecido. A veces se hace el postre tamaño familiar, como un cake grande, pero también me gusta presentarlo en forma individual, haciendo discos pequeños de merengue, o en copas, alternando merengues picados con los demás ingredientes. De cualquier forma es buenísimo. Si hacen los merengues en casa, que es facilísimo, tienen que evitar los días muy húmedos porque los merengues no van a quedar crocantes sino que se pondrán medio chiclosos. En ese caso será mejor comprarlos en la pastelería y el postre lo tendrán listo en menos de media hora. En las indicaciones he puesto un tiempo bastante largo porque estoy considerando hacer los merengues en casa y el tiempo que hay que dejarlos enfriar es bastante largo. MAS + MENOS -
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