Recuerdo que una de las verduras que menos nos gustaba a mi hermano y a mí era la coliflor, así que mi mamá se la pasaba buscando ideas para prepararla de manera tal que la comiéramos.
Hoy te presento una de las increíbles invenciones de mamá que sí funcionó. En esta receta, la coliflor queda tierna, crujiente y cubierta de una rica salsa y mucho queso derretido. ¿A qué niño no le gusta el queso? ¡Es una combinación irresistible!
Sírvela como acompañamiento de carnes, sopas, o bien como almuerzo, acompañada de pan de ajo.