Cuando yo era pequeña, mi tía Minnie solía hacerme guacamole cremoso. Siempre experimentaba con la receta tradicional y creaba uno bien cremoso y tan suave, que parecía que flotaba. Me encantaba comerlo con taquitos. Me hacía sentir que estaba flotando sobre una nube, o que era un hada y que volaba cerca del árbol de aguacate y le pedía que produjera los aguacates más cremosos del mundo. Sí, ¡su guacamole era así de mágico! Cuando crecí y empecé a cocinar, le pedí la receta. Me miró como si se tratara de un secreto a voces y me dijo “yogur”. ¿Yogur? ¿Quién lo hubiera imaginado? También me dijo que agregara cebollines y lima para elevar el sabor. Seguí su receta y la sigo al pie de la letra cada vez que quiero guacamole cremoso.